Puede sonar materialista pero no es así.
Me toca despedirme de ti, de algo tan frío como una moto. Pero no es así.
Has sido una compañera de caminos, de rutas y etapas de mi vida muy disfrutonas y otras muy duras. En ocasiones has favorecido mi mejor #ACTitud.
Me has dado muchas rutas en muy grata compañía. Otras mano a mano tú y yo en momentos que tenía que estar conmigo, que centrarme en conducir y dejar la rutina mental y la obcecación para ser más aséptico y objetivo conmigo mismo y con otras situaciones externas.
Hemos pasado frío y calor.
Conocido paisajes increíbles de mar, de montaña, etnografía y pueblos, miradores, monumentos, amaneceres, puestas de sol.
Hemos seguido con los prismáticos cerca la evolución y vuelo de aves, el verdor del norte, los ocres del otoño, el blanco de la nieve y el amarillo del verano.
Tuvimos muy buenas salidas también con mi hija, pudiendo enseñarle muchos rincones y unirme más a ella por la experiencia de viajar, ver y sentir juntos.
Elegimos libremente nuestro camino, aunque también padecimos las limitaciones de la pandemia.
Ahora toca el salto. Otra como tú, otra Kawasaki del mismo modelo, pero más nueva, más equipada y segura. Solo espero que la nueva etapa sea, al menos, tan disfrutona como la vivida. ¡Bienvenida! y ¡seguimos!