Ya sabes que los lobos tienen una estructura social, viviendo la mayor parte de su vida en manada.
La manada tiene un líder, que los guía, dirige, defiende y coordina para lograr sus alimentos.
El líder actúa, cómo no, desde dentro de la manada. Está ahí cuando hay que estar. En los momentos oportunos. En la cola en los desplazamientos, apoyando desde atrás, en medio del grupo en muchas ocasiones y al frente cuando toca defender al equipo y tirar de un proyecto.
En la empresa, pasa lo mismo, tú puedes ser líder. Pero ser líder significa que estés ahí. A veces te tienes que posicionar atrás, observar y empujar a tu equipo. Otras te tocará meterte en medio, sentirlos a todos y actuar en consecuencia. Y en otras ocasiones sacarás el pecho y te posicionarás delante, dando ejemplo y guiando.
Lo que no puedes es estar como la vieja loba solitaria. Su subsistencia es dura. Ha perdido su entorno social, su capacidad de caza en equipo y su diferenciación como manada. Está abocada a sufrir en su última etapa de vida.
Y las preguntas para reflexionar esta vez, podrían ser:
¿Estás, dónde y cuándo tienes que estar, de un modo consciente?
¿Asumes el papel de líder discreto, observando desde atrás, empujando, delegando y apoyando?
¿Estás, cuándo tienes que estar, en medio de tu equipo?
Cuando las cosas se ponen duras, hay cuestiones importantes o toca época de cambios, ¿sacas pecho y eres el primero en tirar del carro?
En mis años de experiencia tengo la suerte de haber visto lobos así, como tú, líderes auténticos en que esta #ACTitud surgía de modo natural, por la destreza, el entrenamiento y la consciencia que poseían.
Pero por desgracia también he visto otros, llamemos cánidos, que no llegaban a lobos. No lideraban. No sabían estar dónde y cuándo tenían que estar:
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- No estaban detrás empujando y animando, tirando del más débil y observado la situación general, llevando el timón.
- No se implicaban, en medio, se encerraban de modo permanente en despachos de puertas blindadas (algunos hasta con cámaras externas para ver lo que pasaba) o no hacían los horarios de su gente (por exceso y por defecto), no sabían acompañar a los suyos, dándoles fuerza, peso, delegando, en misiones externas o proyectos internos.
- Y tampoco no sabían posicionarse al frente, en los momentos clave, arrancando nuevos proyectos o gestionando el cambio en su organización e incluso algunos que sólo estaban en el frente, pero mirando hacia atrás, sacando sus colmillos a los suyos, a misiones externas o reuniones internas duras.
Por suerte, ¡éste no es nuestro caso! 😉
El concepto de RESPONSABILIDAD EXTENDIDA, es una quimera que dependiendo del momento empresarial o está presente (fundación) o desaparecido ( crecimiento – post consolidación). Más posible de observar en las empresas familiares que en las de gestión profesional y ciertamente mas presente en primeras generaciones que en terceras y sucesivas…
Gracias, Aitor, no puedo estar más de acuerdo contigo. Y como bien dejas entre líneas, en las primeras generaciones es más fácil de observar y, a veces, en las siguientes, se va diluyendo.
No es fácil ser líder… El Lider tiene que «ser y parecer» siempre.
Gracias, Nacho. Nada es fácil, pero con #ACTitud y entrenamiento, casi todo se consigue. Y con el liderazgo, pasa igual, quien tiene un equipo y quiere mejorar su gestión, tiene mil herramientas y formaciones teórico-prácticas para ello, todo es querer y ser realmente conscientes de lo que significa el trabajo en equipo.