Aunque pueda parecer lo contrario, e incluso considerarse negativo, el inconformismo puede ser bueno, de hecho, es otro modo de #ACTitud.
Y tú, ¿eres inconformista?
Ser inconformista es positivo, siempre y cuando se complete con la autoexigencia y se valore lo que se tiene.
Conócete, se consciente de tí, de tus capacidades, de tu experiencia, de lo que haces y de lo que serás capaz de hacer. Desde ahí, sé inconformista.
No te conformes con quedarte donde estás, busca en el más allá, exígete más aún y exige más en tu medio, en tu equipo de trabajo, en tu entorno social y en tu familia. Disfruta de querer cambiar tus situaciones.
Tienes que avanzar. Tienes que crecer. Tienes que aprender. Tienes que caer. Tienes que levantarte.
No te puedes permitir el mantenerte donde estás, el caer en la espiral de la relajación y el conformismo.
Valórate. Valora lo que eres. Valora lo que tienes. Valora tus capacidades y tu ilusión. Se consciente de lo que te espera, de qué más puedes aportarte a ti y a tu entorno, lidera haciendo crecer a los tuyos con nuevos proyectos ilusionantes.
Desde ahí, actúa, saca tu mejor #ACTitud y disfruta de ti, de lo que haces y de saber que simplemente estás dando un paso más y que, pronto, estarás dándole una vuelta para volver a subir otro peldaño.
Relexiona ahora, ¿cuándo has sido inconformista? ¿Qué logros has obtenido? ¿Cómo has mejorado personalmente? ¿Cómo ha repercutido en tu equipo y en tu entorno?
Una vez más, contamos con una inspiradora foto de portada de Andrés de La Ossa .