¿Te has dado cuenta cuándo llega el mensaje de una comunicación? ¿En qué momentos y con quién te comunicas mejor?
Está claro, es cuando hay un grado de confianza elevado y una comodidad común entre interlocutores. Y, ¿sabes por qué?
Pues porque, sin darte cuenta, en muchas ocasiones estás hablando de sentimientos.
La comunicación desde ahí llega, el mensaje es claro y no hay malinterpretaciones. La transparencia es total y el ambiente inmejorable. Todos los parámetros teóricamente estudiados del proceso de la comunicación humana se alinean automáticamente para tener un mensaje claro, fluido y unas respuestas que también lo son.
Esta comunicación también debe darse en tu empresa, con tu equipo, con tus clientes y con tus proveedores, porque entonces os entenderéis a la perfección, el lenguaje y el mensaje serán claros y fluidos, para que todos naveguéis con el mismo rumbo y aprovechéis los mejores vientos.
Por el contrario, cuando ratoneas comunicación guardándote información, no siendo sincero ni natural, cuando te piensas que “se la estás colando” a alguien, lo que realmente pasa es que deshaces el equipo o generas negocio esa única vez porque, para la siguiente, ya sabrán quién eres y no tendrás credibilidad alguna. Se ha acabado.
En tu liderazgo, tú escoges tu #ACTitud en tu comunicación. Eso, determinará como son las relaciones con tu equipo y con tu entorno de valor. Piénsalo.