Tu empresa es un vector, definido por su módulo, su dirección y su sentido. Y a ti te toca plantearlo en cada momento. Para llegar a tu objetivo deberás regular permanentemente cada uno de ellos, pero ojo cuándo y por qué los modificas.
MODULO: regula la intensidad necesaria en cada momento. No siempre hay que exigir un gran módulo ( no tendremos capacidad de aguante), ni podemos vivir largos periodos de relajación (bajará nuestro negocio).
DIRECCIÓN: con doble sentido. Debemos fijar nuestro rumbo e ir corrigiendo derivas (timon, objetivos, estrategias y planificación). Y, por otra parte, ¡directivo a dirigir! (Liderazgo).
SENTIDO: debe ser patente hacia dónde vamos. Nuestra misión, visión y valores de empresa. Conocidos por todos nuestros grupos de interés y, valga la redundancia, sentidos por los nuestros.