Me gustan las personas, por eso suelo observar a los que me rodean, a mis compañeros de trabajo, a mis amigos, a otros seres con los que la vida hace que te cruces o que camines en ciertos momentos.
No me gusta encasillar a nadie, pero si que me doy cuenta de que, con el tiempo, hay gente con la que estás mejor, aún sin decir nada. Son aquellos que aportan a tu vida.
Analizo la situación y me doy cuenta de que muchos de ellos tienen algo en común, la sencillez, su sencillez a su manera. Es parte de su #ACTitud.
Me reconozco envidioso. Quisiera ser tan sencillo como ellos para poder experimentar la plenitud con la que estoy seguro se van a la cama.
Su sencillez, suele venir acompañada de humildad y en contra de lo que muchas veces pienso, esto los hace aún más grandes, más envidiables, más apetecibles y que quiera compartir más tiempo con ellos.
Por otra parte, también existe la simplicidad en las personas. Ésta produce el efecto contrario y es algo de lo que huyo educadamente.
No tengo ídolos. Al menos no son referentes para mí terceros que no conozco, por muy buenos que sean en algo, menos aún si son gentes mediáticas. Pero sí que tengo muchas personas icono, modelos a seguir por su #ACTitud, porque conozco lo que hacen y cómo lo hacen desde su propio ser y con sencillez.
Y, una vez más, ilustramos el artículo con una maravillosa foto de Andrés de La Ossa .
Refiriéndose a la gente «simplona», mi Madre solía decir: «Los complejos son cosa de simplejos»… ¡Cuánta verdad!
Gracias Ángel.
Jeje, qué buena la sabiduría de las madres, con su sencillez!!! Gracias, Nacho.
Sencillez, humildad, … quizas tambien hay algo de dar a los demás, de ser buena persona.
Abrazo Angel!
De eso hay mucho, Jon!!! Y la buena persona es fundamental en las empresas y en sus equipos, algo que a veces no valoramos lo suficiente y miramos más la titulitis y apariencia que la #ACTitud y experiencia. Muchas gracias por comentar y un abrazo.